domingo, 27 de septiembre de 2009

Relájate

Relájate, el preocuparse de los problemas NO los resuelve, el ocuparse de ellos .
Cuando se toman decisiones precipitadas derivadas del estrés, es probable que éstas no sean las más convenientes. Mejor analiza detenidamente la problemática a resolver, piensa en las opciones que puedes tener y lo que implican las alternativas de solución.
Examina los pros y contras de cada una y de ser posible, pide consejo o solicita asesoría de quien domine el tema. Esto no es la solución, pero será más probable que tu decisión sea la más conveniente para ti. Luego ¡pon manos a la obra! Otra vez, sin preocuparse, empieza a dar pasos firmes y constantes en la vía de solución seleccionada y revisa los resultados: Si son o no los que esperabas y qué tanto te acerca o desvía de lo que querías obtener, para ratificar o rectificar el camino, de ser necesario.

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